Hoy no ha sido un día especialmente ajetreado. No, no. Más bien lo contrario. Solamente he tenido que asistir a una conferencia en la que presentaban la feria del libro de Madrid. Tengo ganas de que algunos de los escritores comiencen a ocupar sus sillitas y a firmar libros como locos. Quizá tenga la oportunidad esta vez de conocer a Reverte, aunque vaya, no será lo mismo que asistir a la rueda de prensa. Lo especial del día de hoy ha sido el encuentro con unas primas brasileñas que vinieron de visita.
A veces pienso que las construcciones sociales se pasan un poco de raritas, pero qué demonios. Lo que has aprendido desde pequeño que ha de ser bonito, dejémoslo en que lo es, y cuando alguien te abraza durante dos largos minutos en nombre de su hermana fallecida, quien era tu madrina, pues una alarma que clama a la emotividad parpadea dentro del cerebro. Aunque no quieras.
Como cabía esperar me han ofrecido hacerles una visita siempre que quiera. Lo cierto es que nunca he estado en Sudamérica y todavía no tengo planes para este verano. Pero supongo que es más probable que acabe yendo una semana con mis padres o algo así.
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