Dado que en el blog casi siempre hablo de experiencias personales hace un tiempo que se ha convertido en algo así como una descripción de las etapas y problemas de la transición a una vida más adulta llena de responsabilidades, además de un lento deslizamiento hacia la vida laboral, a la que no pondré aún adjetivos.
La gente me ha dado puntos de vista realmente diferentes: te ven joven, nueva, inexperta... tal vez por la ilusión y un nivel más elevado de interés del acostumbrado. Algunos me han dicho que ojalá mantenga la vocación, otros que más me vale espabilarme si quiero salir adelante, y algunos, que me plantee el cambiar de profesión. Me pregunto si estas recomendaciones se basarán en experiencias personales o son solo ese tipo de cosas que se dicen en público para hacer un chiste de esos sociales en los que todo el mundo se ríe sin motivo aparente (estas situaciones me resultan sumamente confusas y tiendo a limitarme a esbozar una sonrisa de medio lado).
Analizando los perfiles de la gente que me ha dicho cada comentario, en la mayoría de los cosas no cuadran con sus vidas (al menos, hasta donde yo puedo saber), de hecho, se da el caso de que los que me dicen que mi mejor opción es optar por modificar mis intenciones de futuro profesional suelen ser los mejor posicionados y pagados. Tal vez es una de esas ironías de la vida. O hipocresías, vete tú a saber.