Freedom is ephemeral, it is something like breathing

domingo, 11 de abril de 2010

Vértigo

Aparte de sufrirlo, así es como definiría mi estado de ánimo.

No niego la posibilidad de que sea el ciclo hormonal afectando a mi conducta debido a la ansiedad que me producen ciertas cosas en estos momentos, pero últimamente mi vértigo está empeorando a pasos agigantados. Ayer mismo, no fui capaz de bajar unas escaleras de un tercer piso por el lado de la barandilla porque se veía el primer piso, tuve que ir apoyándome en la pared. Y para más Inri, los amables decoradores decidieron poner una lámpara de araña, de esas de cristalinos que ocupaba básicamente el tercer, segundo, y parte del primer piso, lo que para mi desgracia daba más sensación de caída.

Como añadido, esta mañana, me he puesto a tender un par de toallas en la ventana de la cocina. Temblaba. No podía mirar al maldito suelo sin marearme, y por consiguiente conseguí a duras penas colocar las prendas en las cuerdas. (Estoy viviendo en un segundo). Debido a esta prisa por alejarme de la ventana, decidí no molestarme a colocar pinzas, dado que hoy hacía buen tiempo. Tras unas horas fuera del piso dedicadas a dar un paseo al solecito y una comida fuera, una de las toallas no estaba. Genial.

Siempre he tenido cierto pánico a las alturas pero no me gusta que empeore. Quizá sea el exceso de cafeína que precisamente no me templa los nervios.

En otro orden de cosas, me acabo de apuntar en la lista de tareas pendientes volver a ver Rebecca de Hitchcock y una tarde por Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario