Freedom is ephemeral, it is something like breathing

viernes, 18 de septiembre de 2009

Reflexión 4


La Grotesca sufre en las piedras de cianuro.
Arrojadas al fuego, abatidas por la furia
de cerebros desahuciados
son el polvo de la bruma.
La mansedumbre abraza los cabellos del ángel
besa sus alas de ciruela y se recuesta
en las costillas del demonio.
De tanto en tanto nos vemos como somos
desplazando el filo del cuchillo
en la crueldad de la madrastra.

- Luis Raúl Calvo


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La fiebre y el malestar me ha hecho retornar en cierta medida a los absurdos comederos de cabeza que solía tener hace un tiempo, cuando no encontraba mi vida lo suficiente interesante como para dedicarme simplemente a vivirla y disfrutarla.

Me echaba de menos. Algo así como a la muñeca que había sido antes de ti, y la vez antes de antes de ti.
Aquella macabra, la que asustaba, la que observaba. Me he dado cuenta de que sufrido una evolución curiosa de personalidad aunque siempre he pensado igual en cierta cosas. Que ya no use guantes de rejilla para salir de casa, se debe, a parte de a que no los encuentro, a que de forma definitiva me niego a que me encasqueten en ningún grupo y/o estilo. Empecé haciendo aquello porque no quería ser como todos los demás. ¡Coño! Todos los demás que vestían así lo hacían por lo mismo y nos creemos especiales. Ala, atreveos ahora, encasilladme. Dadme un nombre colectivo.

En fin, ¿no me echabas tú de menos mi amor? Yo lo he hecho sólo para darme cuenta de esto que estoy explicando. Fui la seductora, la fetichista, la sádica, la pervertida... La que se desnudaba en silencio. La puta, la santa. La loca. La hereje. La de corazón puro que pretende ser mala.

Mi ying, tu yang.

Que necesito más cariño de lo que nunca admitiré, que necesito que me devuelvan ese amor puro que tanto me encanta dar y tanto os cuesta comprender. Y ahora, la niña que llora ahoga entre sus lagrimas a la mujer loca que me gusta ser, que disfruto siendo.


A mí me cuesta más aún darme por vencida. Y reinventarme.

La dulce.
La buena.

La de mirada pura.

...


Y ahí está, negra y roja. La sangre coagulada, y el nuevo cabello.

Y los cuernos y la cola del diablo.


2 comentarios:

  1. La de corazón puro que pretende ser mala.

    esa frase la podría haber escrito yo.Sabes? ponernos el disfraz de malas y actuar como si lo fuesemos no sirve de nada,siempre nos pescan,un buen observador se dará cuenta enseguida.Pero es nuestro escudo y lo usaremos cada vez que nos sintamos vulnerables,hasta el punto de acercarnos a la maldad haciendo mucho daño a veces.
    Ufff ,ya he hablado mucho,Hay que guardar los secretos.

    un beso

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