Freedom is ephemeral, it is something like breathing

sábado, 19 de septiembre de 2009

Aburrimiento

El aburrimiento me mata.
Hace incluso que me plantee sentarme a ver la televisión ¡qué blasfemia! Si ya tengo suficiente con el griterío lejano de los famosillos del programa que puntualmente se pone en la televisión de esta casa... Cierro la puerta, enchufo música: los gritos de la Esteban. Que sí mujer, que sí. No entiendo porqué alguien no se limita a darles a todos la razón, como a los locos (o a los tontos) y que nos dejen en paz. Pero que conste que no la critico, no vaya a ser. Qué mala pata.

Hace unas semanas, estaba yo de vacaciones en algún pueblo perdido de montaña, en la tienda del susodicho lugar (imagínese aquí la típica tienda regentada por una señora mayor de 80 años que vende desde patatas hasta escobas, pasando por pipas y embutido) Entró allí, la también típica abuela con el monedero debajo del brazo y el delantal a comprar un par de pimientos para... no recuerdo para qué, pero contó la receta entera, cómo lo quería preparar y porqué; tras esto, procedió a criticar a no sé qué personaje que aparecía en la pequeña y antigua televisión del local. El despotrique acabó siendo hacia la programación general: ''Hoy en día no hay respeto por los niños porque el otro día se vio por la tele un rabo ¨así¨ (si las proporciones que indicaba eran correctas confundió a un caballo con un ser humano) y luego apareció una tipa que se la empezó a mamar. ''
Dudo que la señora estuviese viendo algo que debía, a la hora que debía, o en el canal que debía. De todos modos mi queja va más allá: Hoy en día no hay respeto por la masa gris bien educada. No me parece mal que exista el porno, por supuesto, no hablo de eso. Pero echo de menos poner la tele y poder ver alguna serie que no trate de adolescentes gilipollas que se creen que el amor es encontrar a un tío guaperas que las ignora, y que los valores de la vida no van más allá, y que tienen que aprobar sólo para que sus madres (que las odian) no las castiguen sin salir... Me ponen de muy mala ostia. Y sí, va por esa nueva serie de la rubita modelo. Me propuse verla, os lo juro, lo intenté, porque alomejor soy yo, que de primeras, juzgo mal. No fui capaz de aguantar más de cinco minutos sin que me entrasen ganas de meterle un puñetazo en la nariz al personaje que representaba. No sé si todas las niñas de verdad son así, si es que está de moda o si es que lo imitan de las dichosas series. Pero me caéis mal, y no pienso volver a ver nada de eso, ya está, me chupa la polla ser intransigente.

Pero bueno, una vez sentada aquí, recuperada la paz de espíritu, una canción me recuerda a otra y esta última a alguien. Y ya no hay quién pare al maldito recuerdo... pero qué le vamos a hacer si me encanta rememorar, si soy tan romántica que pienso que el olvido es renegar del pasado. Y mi leit motiv: Je ne regrette rien. Mira, otra canción.


5 comentarios:

  1. Típica señora de pueblo en el típico mandil de andar por casa, cruzando los brazos de tal manera que abarcaba sus enormes senos entre sus brazos y con gran orgullo indicaba el tamaño de aquel disparatado instrumento sexual con sus manos.

    xD

    no estoy seguro de querer ir contigo a ese pueblo despues de eso xDD

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  2. te doy la razón con todo lo de la tele y eso... no obstante avergonzado confesaré que veo física o quimica, que en fin es igual de patético, pero no sé ... contradicciones de uno mismo, me gusta verla...

    yo si te acompaño a ese pueblo :-)

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  3. ver fisica o química a los 30 y tantos debería ser delito...junto con otras series de adolescentes...que no las vé ni el tato

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  4. En la serie de la modelo, ella tenia 17 años y el fotógrafo 40; me parece que esa serie abrió la mente de alguna madre.

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