Creo que a veces el tiempo es más difícil de administrar cuando te sobra y no tienes obligaciones específicas que cuando tienes mil y una cosas que hacer. Como de costumbre comencé estas vacaciones repleta de buenos propósitos, como el año, y no es que no los esté cumpliendo es que simplemente no sé qué hacer.
No se puede priorizar las actividades de ocio, por lo cual, normalmente me quedo sentada en algún lugar meditando sobre qué me apetece más hacer en uno u otro momento. Tiendo a llegar a la conclusión de que me apetece leer, pero vete tú a saber qué. Y esa decisión, me lleva otra media hora.
Al final me voy a tomar un café con algún viejo amigo, a ver si me cuenta algún cotilleo interesante.
exactamente, es mas dificil hacerse un tiempo entre la nada que hacerse un tiempo entre mil ocupaciones, te sigo :) si gustas pasa por el mio besos
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