Nieva sobre nevado

Supongo que ahora que se acercan los exámenes - porque sí, por algún motivo que desconozco los tengo en Diciembre este año - pues decido escribir más regularmente en el blog. Necesito desconectar supongo.

Como no quiero parecer una quejica me abstendré de decir lo cansada que estoy estos días (vaya, creo que eso cuenta como decirlo). La cosa es que el número de tardes en la biblioteca aumenta cuantitativamente mientras, espero, mis conocimientos lo hacen cualitativamente.

Esta mañana ha vuelto a nevar, sobre nevado. Aunque lo cierto es que aún no se visualiza ese hermoso manto blanco tan asociado con un paisaje navideño. Tal que la nieve sobre nieve me han venido un par de comentarios que me han hecho darme cuenta del poco tiempo que me queda para preparar los trabajos finales y ya ni menciono el estudiar para los exámenes. Me queda el consuelo de que al menos me he esforzado durante todo el semestre, que la cosa no empieza ahora vamos. Tengo que admitir que me encanta estar en una universidad privada, que tiene más ventajas que inconvenientes, pero a veces los inconvenientes son sumamente molestos ¿de verdad no puedes mantener la maldita fecha de entrega para todo el mundo? Si alguien te dice que tiene problemas para entregar algo a tiempo - y no hablo de retraso de un par de días, no. Hablo de retraso de tres semanas - sospecha. Lo pido por favor. Algunos no nos pasamos despiertos hasta las tres de la mañana para terminar un ensayo al que a otra persona le vas a admitir un mes después sólo porque tiene labia. Y no es que yo no tenga labia, claro, es que yo tengo moral, que es otra cosa.

Esto se consigue haciendo las cosas con ética, espero que algún día podáis acercaros al concepto.

Aclaración: Por supuesto el mencionado y molesto inconveniente no ocurre con todos los profesores, por suerte.