La vida es, a menudo, un poquito diferente de lo que te esperas, y el hecho de vivir en una continua expectativa, en una continua observación del suceder y del caprichoso camino que toman las más de las veces los acontecimientos, te hace darte cuenta del rápido vuelo de la vida, de, por supuesto, lo valioso de los pequeños detalles, por muy tópico que suene.
Ciertamente, vivir te exige tener unos conocimientos mínimos respecto al porqué de lo que algunos llamarían milagros y otros casualidades, además de una posición resignada ante lo que el futuro te depara.
Calma. No tengo prisa por vivir. Se lo digo a mi cuerpo. A mi mente se lo tengo que repetir varias veces.
prisa no... pero energía si... hay que vivir coo si cada día fuera el útlimo y a la vez como si no moriremos nunca... es ese equilibrio de sacar lo más de cada momento y de pequeños detalles sin abusar :-)
ResponderEliminarcada vez me gusta más como escribes. besos