Ahora que acaba de pasar la fecha en la que todo ocurrió he de escribirlo para poder ver lo estúpido de mi comportamiento, el cómo en momentos en los que estamos lejos, muy lejos, cuando volvemos a nuestra vida, nos damos cuenta de las extrañas ideas que nos surgieron.
No sé muy bien si recuerdo el lugar, pero es seguro que he olvidado los detalles. Han pasado mucho años, 5 según parece, pero todo está igual.
Después de una eternidad de falsas sonrisas y abrazos, mi cabeza aún no afectada por la lejanía de mi casa, empieza a odiar todo cuanto recuerda.
¿5 años han pasado?
Todos hemos envejecido, ¿no es cierto? ¿madurado? Cambiado.
Aún queda algo de eso que se dice sin palabras.
He de irme, necesito caminar, todavía no he olvidado mi hogar, todavía siento reticencia por todo lo que veo, hasta que lo dejo en mi retrovisor.
A pesar del aumento en inseguridad y desconocimiento ahora me siento más segura, pues como dijo Carroll, si no sabes a dónde vas, cualquier camino sirve.
Pienso, pienso en como sería vivir aquí contigo. Echo de menos un libro. He de darme prisa. Cada vez estoy más lejos de aquel lugar y me cuesta recordarlo todo. Camino y pienso en que aquí podría ser mucho más feliz... y en realidad ya lo soy.
Qué estupideces, cualquier lugar perdido del mundo hubiera sido suficiente para mejorarlo.
Miro el enorme camino que aún no he recorrido y corro. No busco nada, y nadie me busca a mí.
Corro porque puedo, porque quiero.
Porque quiero saber hasta dónde estoy dispuesta a llegar antes de tener que dar la vuelta, ¿de nuevo?
Estoy en todas partes y en ninguna.
Camino sin prisa.
Ya es la hora, no puedo retrasarlo más, me despido y vuelvo al coche.
Y te veo. Hace 10 minutos me confesé a mi misma que no quiero volver nunca a este recuerdo contigo.
No debería, pero al final ocurre.
Nuestra mejor sonrisa falsa y un asentimiento barato, eso es todo.
¿Cuantas palabras cruzamos?
Ninguna.
¿Que fue de nosotros? Sólo han pasado 5 años.
Necesitaba escribir esto, necesitaba hacerlo para ver lo estúpido de mi comportamiento. Ahora estoy en el coche y mi relato cada vez me gusta menos y me parece más absurdo.
Ya no siento pena, ni hecho nada de menos...
Qué absurdo.
Los niños pequeños no saben lo que hacen.
Puede que nunca mas vuelva allí...
Algo me queda por decir, pero no sé el qué.
¿Es que he de esperar otros 5 años?
Necesito parar, ¿como había empezado todo esto?
Y cada vez mas montañas entre los dos.
¿De quién hablaba? ¿No lo estaba olvidando?
Esta última linea la escribo desde casa y ya es como si nada hubiese pasado, como si durante casi tres años no hubiera sucedido nada que valiera la pena mencionar.
¿Montañas?¿El cielo?¿La hierba?¿Un pueblo?¿Tú?
No. Nada de eso ha pasado.
Mi vida sigue, sigo siendo yo...
Y necesito un café.
me encantó ^^
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