Respeto, entiendo y comparto la idea de que las concepciones del amor pueden ser muy distintas y subjetivas. No me gusta lo empalogoso pero también es cierto que soy una persona fácil de emocionar... aunque me gusta más ver las ñoñerías en situaciones ficticias como películas y libros. Precisamente a cuento de esto viene la entrada. Hoy he terminado un libro titulado "Posdata: te quiero", supongo que el título os sonará, pues el libro se hizo bastante famoso a raíz de una película que se hizo basada en él. (Con enormes variantes si se me permite añadir). El libro me gustó aunque hasta cierto punto, y tengo que decir que lo que no me gustó era lo que precisamente se olía desde el principio que ocurriría: la sagrada sentencia de vuelve a enamorarte. Bueno, nunca me he quedado viuda así que no sé hasta que punto te pueden unir los recuerdos o la culpa por algo que no se decidió terminar voluntariamente, pero no creo que necesitase una carta de mi difunto esposo que me dijese que me vuelva enamorar. Lo primero porque hasta donde yo sé, sería cosa mía y lo segundo, porque alomejor ya lo he hecho, listillo.
De todos modos, mi indignación respecto al tema va más relacionado con los exs que con los difuntos, (pero es que no he podido evitar relacionarlo) ya que es un tema que me toca bastante más de cerca ya que sí que puedo decir que he vivido situaciones, que por desgracia o ironía, ocurren normalmente cuando ellos son los dejados, te dan una charla interminable acerca de lo mucho que te quieren y que saben que no podrías estar con nadie mejor que con ellos, pero que si creo que es lo mejor y bla bla etc etc. Claro que después de esto suelen cambiar de opinión, y esta conversación que te hace suspirar un "por fin me libré de ti", se ve seguida por un sinfín de sollozos, amenazas, llantos o súplicas, eso ya según la personalidad del maromo en cuestión. No quiero decir con esto que todas las rupturas sean siempre así ni que todos los tíos sean unos capullos integrales a los que no merece la pena acercarse. Lo primero, las tías somos igual de crueles, y posiblemente a veces más. Yo lo he sido.
Todo esto viene a una carta (el enlace para los que sepaís inglés) que publicó un tipo en internet dedicada "al amor de su vida" el día de su boda. Con otro claro. Los principales errores garrafales son: 1. Una carta no es un regalo capullo. 2. Me parece muy inquietante que sigas pensando en ella cuando claramente ha pasado bastante tiempo desde vuestra ruptura, y si fuera ella, me preocuparía. y 3. No. Nunca. No, no y no. No digas que le permites que olvide todas las penas y preocupaciones que le has causado durante vuestra relación para que sea feliz en su matrimonio. Seamos sinceros, si se está casando, no creo que tenga muchos remordimientos de conciencia por tu culpa. Odio a los exnovios que se consideran el centro del mundo. No lo sois.
Nunca es fácil salir de una relación amorosa, tanto si es voluntario como si no, así que nada de haceros los importantes cuando una ya ha rehecho su vida, capicci?