Siento haber estado ausente durante tantos días. El comienzo de las clases, además de algunas otras cosas, me han mantenido entretenida y ocupada. Sin embargo, llevo dando vueltas sobre lo que quería escribir en esta entrada durante varios días.
La idea vino a mi mente durante la primera clase con una profesora nueva. Como resulta lógico en una clase tan reducida como la mía - ocho asistentes si todos asisten - comenzamos por presentarnos individualmente. Lo típico: Nombre, procedencia, intereses, gustos y expectativas academico-laborales. Creo que la susodicha profesora se vio gratamente sorprendida por la variedad de intereses general y la, digamos, inclinación por el intelectualismo de unos cuantos. No sé si decir sorprendida me parece algo exagerado, pero en cualquier caso, no se esperaba ciertas cosas. Como resulta obvio después de más de un año en clase con estas personas ya te has aprendido casi de memoria lo que cuenta cada uno - incluso con las ligeras variantes causadas por experiencias vividas y esas cosas.
Personalmente siempre he tenido tendencia a ser discreta, tanto por las características de mi personalidad como intencionalidad en muchas ocasiones. Bien, este tipo de presentaciones, son una de esas situaciones en las que intento no decir demasiado de mi. No me gusta hablar durante cinco minutos de mi misma. - Con la excepción de mis blogs que permiten que sólo lo lea el que quiere, nadie está obligado a aguantar mi parloteo - Lo cierto es que, modestia aparte por esta vez, he hecho muchas más cosas de las que cuento, me interesan muchas más cosas de las que digo, y tengo más capacidades de las que dejo entrever en un principio.
Lo que quiero decir con todo esto, es que, aunque ya sepas lo que va a decir cada persona, ¿hasta qué punto conoces realmente lo que se están callando o lo que están diciendo de más? Pues bien, esto se sabe también por gracia o desgracia cuando llegas a conocer a la gente. Lo más interesante de todo este proceso es ver quién se calla cosas positivas y cosas negativas. Creo que eso dice mucho de una persona. Antes que proclamar algo como: he estado en conferencias de políticos importantes: desde Piñera hasta Van Rompuy pasando por Zapatero (como acompañante de una verdadera periodista quedando siempre en un respetable segundo plano), he estado en un curso de postgrado (mintiendo como es obvio sobre mi edad ya que estoy en segundo de carrera) y he publicado un libro (por internet, cosa que puede hacer cualquiera); me callo. Es probable que sea estúpida por hacerlo, quién sabe, pero soy cabezona, mucho. Quizá me pegue más ser Tauro que Géminis y este cambio del zodiaco me venga hasta "bien".
Seguiendo en las lineas del tema, esta mañana me he dedicado a leer "notas" de la gente en FaceBook, cosa que nunca había hecho ni creo que sea común que la gente haga. FaceBook te ofrece conversaciones a tiempo real de gente con otra gente, fotos, y juegos. ¿Por qué alguien se iba a parar a leer las divagaciones de quién sea? Lógico, ¿no? Pues leer a toda la gente que he leído en general, y a una en particular me ha ayudado a darme cuenta de que lo que queda sin decir es siempre lo más interesante de cada uno.
Acabo de leer cómo una de mis mejores amigas describe el asco que le da liarse con hombres por los que no siente nada, y aún así lo hacía. Por supuesto que al ser mi amiga sabía esto, pero son cosas que por lo general no dices, las dejas en el montón de las cosas no demasiado importantes y los pocos afortunados que te conocen de verdad, lo averiguan sin tener que preguntarte. Pero poder leer todos esos pensamientos que hasta el momento sólo habías esbozado, es hermoso.
También acabo de leer a uno de mis profesores de la universidad. Uno que casi desde que le conocí consideré un gran hombre con una gran sabiduría - perdón si eso ha sonado excesivamente cursi. Nunca me había percatado tanto del factor humano de los catedráticos hasta hace una hora. A pesar de que conoces todo su curriculum, cómo dan clases, sabes todas las cosas que te han enseñado, y por supuesto, cotilleas con los compañeros sobre si habrá tenido algo con esa otra profesora con la que apenas se habla desde hace un mes, sospechoso. La cosa es que ahora mismo no puedo expresar con palabras la sensación que me ha provocado leer cómo hablaba de un amigo suyo que ha tenido problemas, cómo le compró un peluche a la hija de este amigo hace un tiempo y cómo al venir a España - él es extranjero - se imaginaba comprando un peluche de un toro - por eso del símbolo nacional - haciéndole un agujero en la boca, insertando una rosa en éste y dándosela a la mujer de sus sueños en una cafetería de una plaza de Madrid.
La historia de nadie está basada en sus logros e intereses, sino en todas esas cosas que cuentas sin darle demasiada importancia. Que escribes en FaceBook, o en un blog porque para ti son importantes pero temes que no todos piensen igual y te escuchen sólo por cortesía. Esas cosas que no podrías soportar que escuchasen sólamente por cortesía son las que cuentan tu verdadera historia.