Freedom is ephemeral, it is something like breathing

lunes, 29 de noviembre de 2010

El derecho, la ley y el futuro de Europa

No tengo muy claro que escribir esto aquí sea lo más procedente, pero de todos modos voy a hacerlo, paréntisis en mi corrección politica: Desde hace unos días me he visto enzarzada - por voluntad propia, que va mucho con mi personalidad - en un interesante debate acerca del derecho y su funcionalidad.
Me gusta proclamar que soy de esas personas de mente abierta que respeta todas las opiniones mientras sean argumentas, pero lo siento, he mentido. Mea culpa imagino. No puedo con cierta clase de argumentos. Y no lo tomen a mal, pero no puedo con cierto tipo de mentes y maneras de pensar "no quiero ver más allá de mis narices". Me gusta discutir, me encanta debatir, pero sólo y exclusivamente cuando estos debates me aportan algo, cuando tus argumentos rebaten los míos y me hacen pensar una cosa que nunca antes se me había ocurrido. Como se suele decir de las relaciones amorosas, "que nos hacen crecer a los dos".
Supongo que este tipo de debates que no llevan a nada son los que impiden que avanzamos en aspectos políticos la verdad, pero que nadie se me venga a quejar de que las leyes no son objectivas en la sociedad. Asume que no todas las sociedades son iguales ni su gobierno tiene los mismos objetivos. Claro que no queda mucho por decir cuando alguien te responde con el apabullante argumento de que qué importa lo que hagamos si Europa va a acabar fastidiada de todos modos y que la gente es lo suficientemente estúpida como para dejar que esto ocurra.
Menos mal que aún queda gente que tiene intenciones y espectativas en la vida. Prefiero los argumentos idealistas a los derrotistas, y no comparto ninguno. Pero si hay algo que no soporto es la gente que me mira por encima del hombro mientras discuten.
Primera norma para ser políticamente correcto: A la gente le gusta que la traten como si fuese inteligente.

Fin de semana

Debido al magnífico horario del que estoy podiendo disfrutar de este semestre mis fines de semana duran tres días. Sí. Nada de odio los lunes. Los lunes son mi tercer día del fin de semana, y bien recibidos y amados que están siendo.
Me sirven tanto como para tomarme con un poco más de calma los trabajos, como para tener un poco de tiempo libre y poder disfrutar con calma de un té, un buen libro y como añadido el blog, cosa de la que últimamente prescindo más de lo deseado. La vagancia me puede.Siendo sinceros el hecho de que me quede en casa disfrutando de un té se debe más que a otra cosa al horrible frío ya mencionado que hace tras las paredes de este piso (es más, más allá de las de esta habitación). Hecho de menos escribir más a menudo textos que no sean para la universidad. El tiempo libre que tengo lo dedico más a la lectura. Supongo que hay que escoger y de momento la lectura me parece más interesante, aunque espero no estar perdiendo capacidades. Este último mes me he leído entre otros "Como agua para chocolate" de Laura Esquivel, un libro que la verdad, me ha encantado. Muy recomendable para todos aquellos que os guste el realismo mágico.
Y mientras sigo con mi té, mis libros y mis trabajos ocurren estragos en el mundo. En fin, tomemos aire con fuerza y a seguir adelante.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Welcome to Sego-frío

Me gusta el olor de las alfombras. No las alfombras cuando huelen a polvo, bueno, quizá un poco, lo justo para que no te empiece a picar la nariz. Lo irónico es que no me gustan las alfombras. Creo que cuando tenga que decorar mi casa propia no le pondrá alfombras, ¿es eso posible? Todo le mundo tiene alfombras creo. Aunque, ¿qué tal una alfombra roja para sentarte frente a una chimenea a leer un libro? Eso estaría bien. No estoy segura de qué es lo que me atrae más de esta idea. Si la calma de leer un libro relajadamente o el calor de un buen fuego hogareño. Si tengo que soportar este frío un mes más creo que me congelaré hasta morirme.
En lugar de una alfombra hoy me he comprado una chaqueta de punto. Parece más útil dado que no tengo dónde instalar una chimenea en este cuarto.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Conversaciones y cafés

Como alguien me dijo alguna vez, cuando estamos fuera de casa y en un grupo de amigos, todos somos médicos, psicólogos, expertos en deportes y últimamente en economía. Cuando estamos fuera y un amigo nos cuenta que le duele algo, tenemos el remedio y solución instantánea "Pues para eso viene muy bien...". Si resulta que estamos viendo un partido de, digamos fútbol, en la televisión pues nos pondremos a gritarle al árbitro que cómo hace eso, al jugador que si se ha vuelto inútil y a, yo que sé, a alguna otra persona que eso no se hace así, que no saben. Respecto a la economía, pues bueno, precisamente el otro día me fui con una amiga a tomarnos un desayuno de fin de semana a una chocolatería y en algún punto surgió el tema de la crisis. Cómo no, tan recurrente, actual y dinámico. Tras un par de apuntes en una servilleta, alguna que otra linea sin mucho sentido, y de explicarnos cosas que la una o la otra no sabíamos, no llegamos a ninguna catarsis ni conclusión. Sólo eso de que algunos estaban más guapos calladitos, o que si son tan listos como proclama, vayan ellos y resuelvan.
Después de este breve desayuno de hora larga, me tocaba ir a hacer algo de esto que llaman periodismo de calle con el objetivo en mente de producir un articulillo relacionado con alguna compañía. La cosa es que la anteriormente mencionada conversación me provocó un ansia de modificar mi enfoque hacia el artículo y comencé por entrevistar a un señor de una pequeña papelería, bastante escondida, que me dijo que mucho culpar a la crisis, pero que de eso nada. Que para su negocio, el problema eran las grandes superficies y los "veinte duros que han montado los chinos", que sin entrar a si es la misma cosa o no, pues venden los bienes más baratos que él los compra. Y claro, así no hay quien llegue a fin de mes, me supongo yo.
Entiendo como difícil la capacidad de discernir entre gente reacia al cambio y gente afectada por el mismo, pero es que tiene su lógica todo esto. Vete tú a explicarle al cincuentón con un pequeño negocio de tercera generación, que el mundo se ha globalizado, que lo que hagan en x sitio afecta a otro sitio h a cientos y cientos de kilómetros de distancia. Claro, todo eso no le importa. A él le importa mantener su tiendita, más por apego emocional que por otra cosa me atrevería a decir, y poder subsistir de manera digna.
A día de hoy llamaríamos a esto ser corto de miras, tener pocas expectativas y todo eso. Si bien es cierto que nos podemos adaptar, que a mucha gente mayor que este señor se le está dando la globalización mucho mejor que a los jóvenes desconcertados, también lo es que llega a ser bastante triste el perder estos negocios familiares en los que tratabas con gente que conocías de toda la vida. Pero bueno, no importa, porque ya me estoy metiendo en discusiones psicológicas y será mejor dejar la terapia para otro desayuno.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Surgimiento de articulistas

Como he venido haciendo últimamente posteo tras posteo de una manera un tanto derrotista, informo sobre mi situación "laboral" del momento. Esta semana pasada hemos tenido que entregar nuestro primer artículo a la profesora de economía. Lo cierto es que lo escribí con mucha ilusión y lo disfruté aunque me llevó mi tiempo, pero al fin y al cabo, escribir artículos es la rama que más me interesa de todo lo que estoy estudiando de momento. El ejercicio que hicimos en clase fue corregirnos unos a otros los artículos en base a las pautas que la profesora nos ofreció. La marca obtenida personalmente fue bastante buena y me siento orgullosa. Todo esto, ha resultado en que no he podido evitar desde entonces casi ninguna vez, en hacer el mismo análisis de manera ponderada de la mayoría de los artículos que he venido leyendo en periódicos y revistas. Y efectivamente, como estáis esperando, muchos de ellos no llegan al siete, que, y cito textualmente a mi profesora "es lo mínimo que yo esperaría y que supongo que vosotros mismos también". Interesante. Irónico. Desolador.
Quizá sea cierto eso que dicen algunos de que la universidad muchas veces sirve más bien de poco, y que lo bueno es aquello de la práctica que con tanta ilusión y algarabía nos ha venido Bolonia promocionando.
Ahora mismo no sería capaz de contar con certeza cuál fue el comentario que me hizo pensar en este mi querido blog cuando alguien habló de eso de que la práctica ayuda a mejorar, y que con el tiempo te ves a ti mismo pensando cómo contarás esta cosa o la otra. ¿De qué me sonará esto?, me dije. Pues sí sí, de aquello que tiempo atrás escribí limitandome al mundo de la blogesfera. Pues ya ven señores, que esto sirve de bastante y mucho como práctica literaria. Alomejor con esto de las nuevas tecnologías empiezan a surgir buenos articulistas como setas.

Escribe: una futura articulista, quiero decir, seta.