Freedom is ephemeral, it is something like breathing

jueves, 25 de febrero de 2010

Tecnología

Quizá esto no sea lo más apropiado que puedo decir en un momento tal que este dada mi carrera y ciertos acontecimientos que hoy han tenido lugar, pero es debido a todo esto que he realizado la siguiente reflexión: La tecnología no es mi amiga, y no hablo solo de los pantallazos azules.

¿Debería serlo? Vale. No estoy diciendo que sea mi enemiga, no la odio, la aprecio dentro de una medida lógica y bastante sana para mi punto de vista. Tenemos una especie de relación simbiótica, yo la utilizo para lo necesario y ella pues se deja amablemente utilizar, digamos, en la mayoría de los casos. (A pesar de que como todos nosotros, coge rabietas y decide dejar de colaborar con la práctica simbiosis en el momento menos oportuno).

He de admitir que, me imagino que al igual que todos vosotros, no sería capaz de vivir a estas alturas sin todas las facilidades que esto me permite e incluyo el propio hecho de que lo que ahora estoy escribiendo será publicado en la red a una velocidad alucinante y dará oportunidad de leerlo a personas que ni siquiera me conocen, tampoco podría hacer magníficas presentaciones (y no me refiero solo al ppt) ni estar ahora mismo escuchando a Billy Idol, quien se encuentra tan bien situado en mi play-list del spotify (no publicidad intencionada).

Pero, ¿es que una no puede estar nostálgica? Aún sabiendo que en cierto sentido es mejor que se dejen de utilizar los libros tal y como hoy los conocemos debido a todo el costo ecológico que supone, no puedo evitar que me invada una especie de sentimiento romántico que me hace preguntarme (y lo siento por esto, Fukuyama) en qué momento de la historia, desaparecerán por completo los libros tal y como hoy los conocemos y los hemos conocido durante muchos muchos años.


Al menos pensar en todo esto, me ha animado a proponerme escribir más a menudo en el blog, por eso de seguir manteniendo la simbiosis con este mundillo.

domingo, 21 de febrero de 2010

Te...-

Te robo la cara

te debo una vida

que me pongo en el ojal de la camisa.

Dentro va el alma,

la lengua fuera

(que la coja quien la quiera).


Los ojos que no ven

no siempre se desprenden con el paso.

La mano en la pared

y las piernas tendidas al ocaso.


Quiero volverme a clavar,

pon tú los lazos

que estoy dispuesta a morir,

entre tus brazos.

Las neuronas entregadas,

siempre buscando.


Mientras me voy a dormir

entre pecados,

que no hay amor que sea amor

si no es con lunas.


Soy un animal,
aprendiendo a nadar en este barro.
Soy un hambre voraz,
deseando degradar un cuerpo sano.
Soy un paso mortal,
que doy en esperanza de tu mano.


---- Todas las palabras son una utopía.


miércoles, 10 de febrero de 2010

Exs:

Creo firmemente que sé cómo jugar el juego. Digo las cosas correctas y hago las cosas correctas. Soy dulce y atenta, ofrezco espacio y mantengo el control de la situación y he conseguido que no os dieses cuenta hasta demasiado tarde de que soy terriblemente manipuladora cuando se me ofrece la oportunidad. Y no habéis parado de ofrecérmela. Pero todo el tiempo soy increíblemente infeliz porque YO estoy dirigiendo el barco y estoy llevando los pantalones, y no tengo respeto por los hombres y los trato como a niños. Cuando rompo con vosotros, es completamente irremediable.

No buscaba a alguien que pudiese controlar. No voy a dejar de querer tener el control ni dejar de jugar el juego, porque mi hombre ideal no va a culparme por mi perpetua confusión. Por supuesto, mi hombre perfecto no es un misógino que me reprocha, pero tampoco me va a dejar pisarle, porque existe ese feliz término medio. Nadie dijo que los hombres tuviesen que guardar permanentemente sus pantalones en el armario, ¿de acuerdo? No me antepongas a tus ambiciones. Estamos hablando de pasión. De violencia. Y eso es lo que a todos os faltaba. Lucharme.